La verdad mentiría sí les dijera que
siempre fui regordete. Cachetón, carnudito, sabroso… De niño fui un maldito
espagueti. Fui el escuincle más payaso y melindroso del planeta, nada me
gustaba. Por suerte, se arregló. (#SoyTuFat)
Durante esa “época negra en mi vida” la
pasé muy mal por varias razones. Por los sabores, los olores y por las
constantes peleas con mi madre… ya ven que las mamás de México ni piensan que un niño gordo es un niño
sano, entonces ya se imaginarán las batallas contra la cuchara. Dentro de esas
batallas, durante unos 12 años de mi vida pelié pelié y pelié (y perdí y perdí y perdí) la guerra
contra los desayunos para ir a la escuela. Esta es mi Experiencia.
Como ya se los he compartido antes,
siempre, SIEMPRE he sido muy HUEVON, y flojo. Es una cosa superior a mí, que me
domina y somete. Nomás no me puedo despertar temprano, desde escuincle, era
imposible abrir el ojo temprano (y de
buenas), entonces mi madre siempre sufrió con los horarios, pues por mi gigantesca
hueva, se nos hacía tarde. Así que, el desayuno no era nada sofisticado. Al
contrario, era una masa de los que encontrara en su camino y me lo metía al hocico.
Creo que un día hasta me dio la bola de pelusa que sale de la secadora.
El “platillo” por el que más optó mi
sacrosanta madre (durante todo el pinchi kínder
y primaria) fue el clásico y tradicional: LICUADO DE CHOCOLATE CON UN HUEVO CRUDO… ¿por? Sepa la changada, pero eso me daba. #NeMemes
nomás de recordarlo hasta siento la textura rasposa y babosa en mi paladar. Hoy
que soy un poco más grande (y metiche)
he investigado los beneficios de dicho “platillo” tan gourmet, y NADA, no tiene
pinches nada bueno para los niños. La
leche no es lo mejor del mundo, de hecho los humanos somos o son, los únicos mamíferos
que siguen tomando leche después de bebés. NO sirve. Punto.
El chocolate pus
tampoco, nomás pone locos a los morros y a algunos hasta alergia les provoca. Y
ya del huevo mejor ni hablamos; colesterol, colesterol y más colesterol.
Además, se sabe que el huevo crudo no aporta nada, ningún nutrimento, y al
pinche licuado mañanero mi madre lo aventaba uno y hasta dos crudos... ah pero
lo bueno fue cuando Dios la iluminó y puso en su camino a los malditos huevos
de DOBLE YEMA… #UtaMadre, justo lo
que más me surra de los blanquillos.
Después de tantos años de llenar éste escuálido
cuerpecito con su “bomba de nutrición” a
mi mamita se le ocurrió hacer variantes. Ponerle vainilla líquida de Papantla
Veracruz. No pus yo feliz... hasta que la probé, #UtaMadre, la vainilla
buena, la vainilla vainilla es AMARGA. Qué
porquería. Después le sumó a su “pócima mágica” PLÁTANO. Aquello ya era un
abuso… Plátano + chocolate + azúcar + leche + HUEVO + vainilla. ¿Resultado? Soy
el único chango que odia las bananas.
La verdad no sé cuál era su obsesión,
pero también trato de alimentarme con: HUEVO.
Pero como ya les conté que se nos hacía tarde, pus no había tiempo de preparar
algo suculento –o de perdida decente-, olvídate de unos huevitos a la mexicana,
con jamón o tocinito. No. Mi madre me hacía HUEVOS TIBIOS… #UtaMadre, cosa más asquerosa no he
probado. Neta, neta, en qué cabeza cabe.
A quién se le ocurre que a un niño (mamón
y melindroso como yo) le puede gustar un huevo a medio cocer, casi crudo, aún
líquido pero calientito, con la yema revuelta y el pollo a medio morir. A este
suculento plato, -o mejor dicho: TAZA- lo aderezaba con Limón y sal. Nada podía
mejorar esa cochinada. La lógica de mi madre era qué, como yo no lo tenía que
masticar, pues me lo iba a comer rápido… #EpicFail.
Tantas fueron las peleas de mi pobre madre,
que regresó a los líquidos. Jugo de papaya con azúcar y limón… Dale con sus pinches
locuras culinarias. Si no era jugo era licuado de papaya… ¿Resultado? La odio.
No, no a mi madre, al fruto tropical.
Otro intento.
Ya desesperada mi madrecita, optó por
regresar al maldito licuado de chocolate con un huevo crudo, pus era lo menos
pior, supongo, pero dijo: “pa´ que esté
bien alimentado este cabrón, le voy a mandar un buen lunch”. ¿Resultado? 12
PINCHES AÑOS de Sandwiches. #UtaMadre los odio a los hijos de la
changada. Changüichito de jamón, Changüichito
de salchicha, Changüichito de queso de puerco, Changüichito de crema de
cacahuate, Changüichito de nutela y sí, adivinaron: Changüichito DE PINCHE
HUEVO.
Lo bueno es que, como estaba en la
escuela, y OBVIAMENTE, no estaba ahí mi mamacita, pus yo podía hacer lo que
quisiera con esos pinchis Changüichitos; tirarlos, regalarlos, intercambiarlos,
venderlos o DEJARLOS EN LA MOCHILA, pa´ que cuando la abriera mi mamá, sintiera
lo que sentíamos los 40 pelados del salón. (sí
40 alumnos, obviamente iba en escuela pública)
Ya harta mi pobre progenitora, optó por
mandarme lo que fuera de lunch. Y de verdad era LO QUE FUERA: pizza fría, rosca
de reyes (aunque fuera marzo), un
fruta (de las que había recogido de
alguna piñata), quesadilla (la que
había sobrado a mi papá en la noche anterior), bolillo con cajeta y un día, hasta UN
TACO DE PASTOR me mandó… frío el pinche taco, pero sin duda fue el lunch que
más he disfrutado en mi vida, porque ya pintaba pa´ gordo.
Ahora, un par de décadas después veo que
las cosas y costumbres no han cambiado mucho. Voy a casa de mis sobrinos, y mi
hermana les hace lo mismo de desayunar, y mucha gente me comenta (con lágrimas en los ojos) que le hacen -ahora ellos a sus hijos- lo mismo… a menos que vayan en escuelas fresas-montesori-de
paga, porque ahí, ahí hasta menús específicos por día les exigen… pobres, van a
ser flacos y no van a tener de qué platicar cuando crezcan.
Hoy, yo, no me arrepiento porque: #SoyTuFat
@hombre_chango
jajaja!! no manches leí todo y mucha riza. y ps le falto el jeres al licuado de chocolate y huevo, así no sabe mal. bueno bendito dios ami me toco la época en las que en esc publicas había cooperativas. y yo vendía mi chanüichito pa comprar algo menos pior, por q el único menú decente era el de los profesores. creo por ello no quede tan traumada jajaja..
ResponderBorrarYo también disfrute de las cooperativas, y tenía que ingenitmelas para cambiar los changüichitos, por unos chetos.
BorrarJajajaj se por lo ke pasaste yo tambien pase por los huevos tibios kon limón y sal y tambien el ponche kon coca cola y si kon un huevo crudo era una pesadilla mi papá hasta nos ponia en fila a mis hrmnas y a mi para darnoslo x eso a mis hijas nisikiera se los menciono no las kiero traumar jajaja
ResponderBorrarAprendiste la lección Irma. Felicidades. Y gracias por pasar a leer. Muchas gracias.
BorrarBeso peludo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarjajajajajajajaja ¡Como me haces reír Chango! No se como es que esta #TuFat y no quedaste traumado con tanto experimento culinario extraño #ForeverAnorexico . . . por estos lados las mamás no son tan fumadas, aquí te dan dinero y tan tan, te compras lo que quieres (o lo que haya) en la cafetería de la escuela . . . Un abrazo desde lejos . . . #SoyTuFan (Me mata de la risa tus #)
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