jueves, 21 de noviembre de 2013

MI EXPERIENCIA EN LA EMPIERNADA

 En las fotos se ve bien romántico…
En las películas se ve hermoso…
En los libros lo describen como un acto de unión inquebrantable          
Y ahí voy de IDIOTA a EMPIERNARME, y nada de eso es verdad. 
Esta es mi experiencia en el arte de la EMPIERNADA.

Pus ahí tienen a este chango gordo y peludo que vive enamorado de su cama. Lo saben, nunca les he mentido, me gusta estar acostado, disfruto mucho dormir, si por mí fuera, podría tener los ojos cerrados y las sábanas pegadas hasta las 12 del medio día TODOS LOS DÍAS. Podría asegurarles que vivo en un eterno romance con mi cama, por lo mismo no soy muy bueno compartiéndola.

Sí, ya sé, se oye raro, pero SOY SINCERO. El plan de acostarte con alguien, compartir tu colchón y ver una película o DORMIR TODA LA NOCHE con una pareja, suena increíble, pero NO lo es… y no sean mentirosos, NO ES CÓMODO. Nada CÓMODO.  


La EMPIERNADA: Pus ya, planeas todo, preparas todo. Tienes la cama (hasta la sacudes y tiendes) tienes la televisión y la VHS (pa´ los menores de 30, pueden decir DVD o Blue Ray). Limpias la recámara, escondes TODAS las PlayBoy y H (obvio, previamente “almidonadas”), consigues una “buena película” de esas Románticas de weyes güeros y mamados y mujeres “inocentes”... El escenario perfecto está preparado. Empierneichon Time allá voy.

Vas por la dama que iluminará el cuarto con su presencia. Llegan, charlan, ponen la peli, se recuestan. #UtaMadre ahí empieza el pedo: Se acuesta de tu lado de la cama… y pus ni como decirle que se abra, pus no es de caballeros. Entonces buscas la maldita manera de acomodarte del otro lado. No sé porqué pero es más difícil que manejar una combi, no hay manera de acomodarse del otro lado, como que tu cerebro está especialmente diseñado para ocupar solo un lado de la cama. Todo te parece extraño, la luz, el control remoto, la almohada, la cortina, la vieja… TODO.

#DeHaberSabidoNiNazco
Ya, logras “superarlo” y “acomodarte”, (un poco emputado por tener que ceder tu lado)  y recuestas tiernamente la cabeza de la bella dama sobre tu pecho… AH QUÉ LINDO. Pero la verdad es qué, como no es tu lado de la cama no acomodaste las almohadas, entonces estas plano y con la cabezota de la morra encima; no ves nada de la película… pero como eres un “caballero” no la quieres molestar.

Luego, como que haces que le acaricias el cabello, pero en realidad tratas de abrirle paso a tus ojos en medio de aquella jungla de pelos. Ya. Medio ves la película.
Luego: recordemos que la cabeza es la parte más pesada del cuerpo (en mi caso en la panza porque #SoyTuFat) por lo que aquel bello momento en pareja, se convierte en una lucha por poder respirar… pos es que oiga usté, uno se sofoca con facilidad.
Luego: La película resulta ser la peor jalada romántica de la historia, ni chistes, ni chichis, ni balaceras, ni chichis, ni autos, ni chichis, ni terror, ni chichis… bueno, NI CHICHIS salen en toda la maldita película. Entonces, uno hace lo que tiene que hacer: DORMIR. #UtaMadre no sé sí ya les conté que soy gordo, creo que sí, por lo que mi condición amorfa y el exceso de papada en mi cuello pús me hace RONCAR. Y cuando digo roncar, créanme que es: R-O-N-C-A-R.  

Obviamente la chica se da cuenta de tu pequeña siesta… #UtaMadre ya se armó el pedo. “¿no te gustó la peli?,  ¿ya te aburrí?, Si estabas cansado ¿para qué me invitas?, ¿te molesta que venga a tu casa?, No te gusta estar conmigo, No compartes mis gustos, solo me quieres pa cog”… una letanía completa.

Ya. Logras medio calmar a la fiera, le explicas que bla bla bla y siguen viendo la mentada película. Se vuelve a acomodar sobre ti, ya tienes la posición indicada, la acaricias, entiendes por fin la peli y: PINCHE GORGOREO EN LA PANZA. Pus es que cómo no, si sabías que la vieja nunca traga, entonces se atascaste como marrano y ahora la tripa quiere hacer lo suyo: ¡¡sacar todo lo que metiste!! #NeMemes qué pena. El intestino ruge más que el vocho desbielado (sí, desBielado con B, viene de BIELA). Los gases quieren abandonar tu cuero y la cabeza de la mujer está cerca de esa “zona de escape”… sin duda; puede morir.

Te meneas meneas y meneas lo más que puedes, discretamente tratas de acallar los ruidos infernales, discretamente tratas de que dejen de pelear esos gatos que tienes dentro de la panza porque hasta pueden arañar la cara de la chava, luego discretamente te das golpecitos para aventar al otro lado al pedo… en fin; haces todo DISCRETAMENTE para evitar convertir esa escena romántica, en una cámara de gases Nazi. Los retortijones te rinden, pides paz y avientas a la morra por allá y sales corriendo al baño.

Estuviste a punto de reventar una tripa, el baño te cobró la osadía: se tapó. Tardas horas en limpiar todo tu “DESORDEN” y en disfrazar el maldito olor. Te acabas una cajetilla de cerillos… sales: La película terminó, la mujer se enojó/durmió, y tú sigues medio torcido por los retortijones… después de unos minutos sentado a su lado sobre la cama, la cenicienta despierta y dice: “ya es bien tarde, ¿me puedes llevar a mi casa?”


#ChingadasNalgas, ora sí, qué, de coger ni hablamos.
Por eso no comparto mi cama… ella nunca me hace sufrir.
@Hombre_chango 


miércoles, 6 de noviembre de 2013

DESAYUNOS DE MAMÁS

La verdad mentiría sí les dijera que siempre fui regordete. Cachetón, carnudito, sabroso… De niño fui un maldito espagueti. Fui el escuincle más payaso y melindroso del planeta, nada me gustaba. Por suerte, se arregló. (#SoyTuFat)
Durante esa “época negra en mi vida” la pasé muy mal por varias razones. Por los sabores, los olores y por las constantes peleas con mi madre… ya ven que las mamás de México ni piensan que un niño gordo es un niño sano, entonces ya se imaginarán las batallas contra la cuchara. Dentro de esas batallas, durante unos 12 años de mi vida pelié pelié y pelié (y perdí y perdí y perdí) la guerra contra los desayunos para ir a la escuela. Esta es mi Experiencia.

Como ya se los he compartido antes, siempre, SIEMPRE he sido muy HUEVON, y flojo. Es una cosa superior a mí, que me domina y somete. Nomás no me puedo despertar temprano, desde escuincle, era imposible abrir el ojo temprano (y de buenas), entonces mi madre siempre sufrió con los horarios, pues por mi gigantesca hueva, se nos hacía tarde. Así que, el desayuno no era nada sofisticado. Al contrario, era una masa de los que encontrara en su camino y me lo metía al hocico. Creo que un día hasta me dio la bola de pelusa que sale de la secadora.

El “platillo” por el que más optó mi sacrosanta madre (durante todo el pinchi kínder y primaria) fue el clásico y tradicional: LICUADO DE CHOCOLATE CON UN HUEVO CRUDO… ¿por? Sepa la changada, pero eso me daba. #NeMemes nomás de recordarlo hasta siento la textura rasposa y babosa en mi paladar. Hoy que soy un poco más grande (y metiche) he investigado los beneficios de dicho “platillo” tan gourmet, y NADA, no tiene pinches nada bueno para los niños. La leche no es lo mejor del mundo, de hecho los humanos somos o son, los únicos mamíferos que siguen tomando leche después de bebés. NO sirve. Punto. 
El chocolate pus tampoco, nomás pone locos a los morros y a algunos hasta alergia les provoca. Y ya del huevo mejor ni hablamos; colesterol, colesterol y más colesterol. Además, se sabe que el huevo crudo no aporta nada, ningún nutrimento, y al pinche licuado mañanero mi madre lo aventaba uno y hasta dos crudos... ah pero lo bueno fue cuando Dios la iluminó y puso en su camino a los malditos huevos de DOBLE YEMA… #UtaMadre, justo lo que más me surra de los blanquillos.

Después de tantos años de llenar éste escuálido cuerpecito con su “bomba de nutrición” a mi mamita se le ocurrió hacer variantes. Ponerle vainilla líquida de Papantla Veracruz. No pus yo feliz... hasta que la probé, #UtaMadre, la vainilla buena, la vainilla vainilla es AMARGA.  Qué porquería. Después le sumó a su “pócima mágica” PLÁTANO. Aquello ya era un abuso… Plátano + chocolate + azúcar + leche + HUEVO + vainilla. ¿Resultado? Soy el único chango que odia las bananas.

La verdad no sé cuál era su obsesión, pero también trato de alimentarme con: HUEVO. Pero como ya les conté que se nos hacía tarde, pus no había tiempo de preparar algo suculento –o de perdida decente-, olvídate de unos huevitos a la mexicana, con jamón o tocinito. No. Mi madre me hacía HUEVOS TIBIOS#UtaMadre, cosa más asquerosa no he probado.  Neta, neta, en qué cabeza cabe. A quién se le ocurre que a un niño (mamón y melindroso como yo) le puede gustar un huevo a medio cocer, casi crudo, aún líquido pero calientito, con la yema revuelta y el pollo a medio morir. A este suculento plato, -o mejor dicho: TAZA- lo aderezaba con Limón y sal. Nada podía mejorar esa cochinada. La lógica de mi madre era qué, como yo no lo tenía que masticar, pues me lo iba a comer rápido… #EpicFail.


Tantas fueron las peleas de mi pobre madre, que regresó a los líquidos. Jugo de papaya con azúcar y limón… Dale con sus pinches locuras culinarias. Si no era jugo era licuado de papaya… ¿Resultado? La odio. No, no a mi madre, al fruto tropical.

Otro intento.
Ya desesperada mi madrecita, optó por regresar al maldito licuado de chocolate con un huevo crudo, pus era lo menos pior, supongo, pero dijo: “pa´ que esté bien alimentado este cabrón, le voy a mandar un buen lunch”. ¿Resultado? 12 PINCHES AÑOS de Sandwiches. #UtaMadre los odio a los hijos de la changada.  Changüichito de jamón, Changüichito de salchicha, Changüichito de queso de puerco, Changüichito de crema de cacahuate, Changüichito de nutela y sí, adivinaron: Changüichito DE PINCHE HUEVO.


Esa etapa, la de los Changüichitos,  no fue la peor para mi, creo que fue la peor para mis compañeros de salón. Ay es que las mamás… me hicieron Changüich de huevo con todo. Con lo que te imagines, con lo que quieras, con lo que digas. Pero es que oiga usté, qué manera de apestar el salón… Changüichito de huevo con CHORIZO. Por qué, neta, POR QUÉ.


Lo bueno es que, como estaba en la escuela, y OBVIAMENTE, no estaba ahí mi mamacita, pus yo podía hacer lo que quisiera con esos pinchis Changüichitos; tirarlos, regalarlos, intercambiarlos, venderlos o DEJARLOS EN LA MOCHILA, pa´ que cuando la abriera mi mamá, sintiera lo que sentíamos los 40 pelados del salón. (sí 40 alumnos, obviamente iba en escuela pública)


Ya harta mi pobre progenitora, optó por mandarme lo que fuera de lunch. Y de verdad era LO QUE FUERA: pizza fría, rosca de reyes (aunque fuera marzo), un fruta (de las que había recogido de alguna piñata), quesadilla (la que había sobrado a mi papá en la noche anterior), bolillo con cajeta y un día, hasta UN TACO DE PASTOR me mandó… frío el pinche taco, pero sin duda fue el lunch que más he disfrutado en mi vida, porque ya pintaba pa´ gordo.


Ahora, un par de décadas después veo que las cosas y costumbres no han cambiado mucho. Voy a casa de mis sobrinos, y mi hermana les hace lo mismo de desayunar, y mucha gente me comenta (con lágrimas en los ojos) que le hacen -ahora ellos a sus hijos- lo mismo… a menos que vayan en escuelas fresas-montesori-de paga, porque ahí, ahí hasta menús específicos por día les exigen… pobres, van a ser flacos y no van a tener de qué platicar cuando crezcan.

Hoy, yo, no me arrepiento porque: #SoyTuFat
@hombre_chango

viernes, 25 de octubre de 2013

Mi EXPERIENCIA en FACEBOOK


Todo comenzó como una gran aventura. Era el medio de comunicación y conexión perfecto. Tantos y tantos ensayos fallidos en el pasado (coff hi5 coff)  habían cobrado sentido. Todos mis amigos: los actuales, los perdidos, los que son, los que nunca lo fueron, todos; TODOS estaban al alcance de un clic. Incluso los famosos me pedían amistad, mujeres exuberantes, desnudas, “ardientes”, guapas. FACEBOOK era perfecto… hasta que llegaron mis tías.

Primero me emocioné, leí de su existencia en una revista americana de música a la que estaba suscrito, inmediatamente me metí y me convenció. A las pocas semanas en México ya era un boom, lo cual me pareció fantástico. Pude hacerme una “pagina de internet” de manera sencilla y GRATIS.

El primer desvelo que me provocó Facebook fue la foto. Como todos, busqué mi foto más “coqueta”; una de perfil –literal-, pero con esta nariz de águila achatada, pus no. Otra de espaldas en un bosque, pero se me veían las lonjas (recuerden que #SoyTuFat ). Otra de tres cuartos viendo al infinito, pero de fondo salía un perro surrando. Otra de frente con lentes oscuros, pero se me reflejaba el flash y el teléfono en los lentes. Total, puse una de mi graduación, aprovechando que es uno de los 3 días en mi vida que he usado tacuche. Pero para esa decisión me aventé como 2 semanas.

Luego, buscar amigos. Los cercanos fue bastante fácil. Los del trabajo, vecinos y gente que ni conocía pero que teníamos “gustos en común” llegaron a mi vida. Era el paraíso, platicaba con gente chida, opinábamos de todo: música, libros, cine, comida, deportes… puro amor, paz y buena onda.
Después entró el maldito diablo… una vocecilla en mi cabezota hablaba y me decía “buuusssscala, seguro te extraaaññña, seguro también piensa en tiiiii, seguro también anda caliente y quiere revivir aquellas noches locas de sexo…” #UtaMadre a buscar a la ex.



Si buscar la foto idónea me quitó el sueño de dos semanas, el pedo de las EX en Facebook me quitó como 6 meses de sueño. #NeMemes parecía enfermo en fase terminal. No dormía, no comía, puro estrés, pura chaqueta (mental) pura angustia. Ya metido en el caldo empecé a Stalkear hasta a las que nunca habían sido mis novias, a compañeras hasta de la primaria. Chale, todas tenían la vida perfecta. Nadie me recordaba, ni un comment, ni una foto mía, ni un “lo extraño” #DeHaberSabidoNiNazco. Fotos de viajes, de sus “éxitos” de mis posibles suegras, de SUS NOVIOS, BODAS, LUNAS DE MIEL.

Total, me tuve que alejar de Facebook por salud mental. Después de nuestro break regresé dispuesto a solo usarlo para comunicarme, quizá para encontrar información que sirviera para mi trabajo, solo eso… pero NO. Al señor Facebook se le ocurrió ponerle un maldito CHAT a su aplicación.

EL diablo, de nuevo. Me conectaba para ver qué hacía UN amigo, y terminaba perdiendo todo el maldito día en el chat. #UtaMadre, qué, no tenían nada qué hacer. Me conectaba y me llovían mensajes del chat, y no es que fuera yo un “chico muy popular”, lo que pasa es que entre “famosos, artistas, viejas ardientes de Ucrania y demás gente que ni conocía” ya tenía como 1000 “amigos” y pus todos tenían algo qué decir, así que pos nimodo de no pelarlos, nunca he sido un chango desatento. Pa acabar el pedo rápido, me conectaba a las 12 del día y terminaba desconectándome a las 7 de la tarde y empezaba a trabajar a las 7:15, por lo que salía d la chamba como a las 10. Puras fallas con ese Facebook.

Después de unos meses, encontré el maldito botón de “desactivar chat” y tuve el valor de apretarlo. Ya, estaba libre de la tentación… hasta que llegaron lo pinchis jueguitos. #UtaMadre, ahora era hasta un GRANJERO PROFESIONAL. En mi pinchi changa vida había ido a una granja, ni la canción del “Hia Hia Ho” me sabía, pero ya tenía una parcela llena de vaquitas, pollitos y un tractor. Pa qué, ni pinche idea, pero yo tenía una granja irreal cada vez más linda (y sin darme cuenta, cada vez menos dinero en mi cuenta de banco real). Después tenía una villa de pitufos, diamantes y hasta una guerra de mafias. De nuevo, me tuve que alejar de Facebook por salud mental.

Toda mi vida había evitado las drogas por miedo a la adicción, y pus es que la neta me conozco, sé la debilidad que tengo ante los excesos, los límites nunca han sido lo mío, y Facebook lo sabía.

Me volví a alejar varios meses de cara libro, limpié mi alma y me preparé para el regreso, pero ahora sí, “lo voy a hacer bien” dije, y lo cumplí.
Limpie mis “amigos” borré o a todos los que no conocía. Borré a los que conocía para que nomás me quitaban el tiempo. Borré un montón de páginas de “chicas cariñosas españolas” a las que sin saber cómo les di LIKE y borré a casi todos. Fue como un nuevo nacer. Tenía 6 amigos :´(

Mi orgullo no me permitía esa cantidad de amigos, digo, sé que mi vida apesta, pero no era pa´ tanto. Así que volví a buscar banda. Después de otros dos meses de desvelos (y de rogar que me aceptaran) encontré la justa medida para mi Facebook. Tenía buenos amigos REALES. Tenía viejos conocidos que me daba gusto encontrar. A muchos ex compañeros de la Uni, la prepa y mi amado barrio natal TLALTELOLCO (me lavo la boca con cloro antes de decir ese sagrado nombre). Evité los jueguitos, los interminables chats, las fotos, solo lo revisaba en mi celular para evitar tentaciones y todo marchaba de maravilla. Comunicación directa, uno que otro chistecillo, noticias, información de reuniones y ya. Hasta que llegaron las elecciones.

#UtaMadre la guerra de Vietnam se quedó corta junto a las discusiones de la época electorera. Qué si el azul, la Chepina, mejor el Peje, no porque son zombies, el PeñaNieto, no porque mató a su esposa… bueno, un chow de la señorita Laura se quedaba ligth junto a mi facebook. Otra vez me alejé. (no sin que antes me bloquearan como 20 “amigos”)




Después de, OTRA VEZ, limpiar mi alma y sanar mi espíritu, regresé, hice las paces con todos y volvió a reinar la paz. Sí, hasta que el PINCHE CANDY CRUSH llegó y tiró todo a la mierda. #UtaMadre tengo más invitaciones de esa madre que de fiestas, y más peticiones de vidas que orgasmos. YA PÁRENLE A ESE VICIO. Es pior que el alcohol.



Pero eso no es lo peor de FACEBOOK, hoy, lo peor son mis tías. ¿En qué momento?, por qué! Cómo se enteraron, cuál es la razón!. No la sé, desconozco los motivos, desconozco hasta el momento en el que les di ACEPTAR. Hoy mi facebook son puras fotos d pensamientos positivos mañaneros. Enlaces de iglesias. Pensamientos de calendario, poesía barata (que además ni rima), PETICIONES DE AMISTAD DE DIOS, “likes” de la Virgen de Guadalupe, fotos de sus amigas gordas, invitaciones a comidas familiares y comentarios en MIS COMENTARIOS. 














¡¡MIS COMENTARIOS MÍOS PA MI Y MIS AMIGOS!!, Por qué diablos se meten en mi vida electrónica!!!. Que si pongo: “Ódiame más ganó mi América” van las tías y ponen: “AY mi hijito, desde niño le iba al América, te acuerdas cuando te pusiste a llorar en la tienda porque no te compraron tu baloncito?” #WTF. Qué demonios les pasa!.
Comento que estoy en una comida echándome una chelita, y ahí van: “Nomás no abuses mijito, acuérdate cuando tenías 4 años y tu abuelito te dio cervecita, te pusiste bien necio, querías hacer pipi al perro de tu tía” #WTF.  

Uno ya no es libre ni en Facebook, por eso, de nuevo, me alejé. Pero creo que ahora es pa´ siempre. Por mi salud mental, para mi paz y para evitar que me dé una parálisis facial de un coraje, decidí suspender mi cuenta y volver a vivir la vida real: Ver a mis amigos en bares, comentar de futbol en el estadio, saludar a mi familia en persona (pues ni modo, son familia), hablarle por teléfono a quién extrañe y darle un “TOQUE” de carne y hueso a las amigas que quiera y se dejen…
Yo los dejo con su Candy Crush, sus fotos de bodas y sus “estados de ánimo” virtuales, porque pa acabarla de amolar, ahora el 70% del contenido de FACEBOOK son anuncios.


@hombre_chango

lunes, 14 de octubre de 2013

EXPERIENCIA haciendo Yoga

Estaba casi convencido de que era buena para la salud. Pensé que acabaría como el wey que anuncia aceites. Por un momento creí que hasta me ayudaría en mi flexibilidad sexual y... NADA: PINCHI YOGA nomás me hizo pasar la peor vergüenza de mi changa vida.

La Panza estorbaba para bajar
Pues sí, convencido por la nueva mercadotecnia indú-shivaya-dalai-buenaOnda caí preso de la YOGA. En mi vida ya me había sentido avergonzado por  ser gordo, por ser cobarde, por ser lento y hasta por ser feo, pero nunca por ser HOMBRE... Y pues es que oiga usté, la YOGA NO está hecha para los hombres (o al menos para los hombres chango, buga antimetrosexuales). Y no lo di go yo, es cosa de la naturaleza y de fisiología. Tenemos entre un cuarto de kilo y medio KILO de carne que nos sobra y nos estorba (no, NO me refiero a la barriga). La Yoga -disciplina que respeto y admiro- tiene posiciones antinaturales, que atentan contra la... ahh, mmm, tssss, este pus contra la virilidad de uno, pues. Propone cosas que hasta por amor propio no puedo hacer. Pero como en toda buena experiencia, comencemos por el principio.
  
Llegue el gimnasio en el que iba a tomar mi clase, un sitio ligeramente fresa, -cosa que me incomodó  un poco, aunque creo que la yoga es fresa- Entré y me pidieron de manera muy amable que me quitara los zapatos... luego las calcetas (por suerte fue uno de esos extraños días en los que Sí me había puesto talco)  La verdad es que la gente ahí, especialmente la maestra, eran muuuy amable: sospechosamente amables, de esas personas llenas de paz y buena onda y cariño, de las que te saludan y te abrazan como dos minutos seguidos y tú ya no sabes ni qué hacer, hasta pensé que me estaba dando el pésame o algo parecido. Bueno, la onda es me dijo toma un ¨MAT¨ y yo NO SUPE QUé HACER.
La maestra, -que por cierto estaba bien tsssabrosa- me acercó un tapete enrollado, yo me emocioné, pus me acordé de cuando fui a Acapulco a tomar el sol. NO, pero no era para eso. Comencé mal el día.

El resto de los asistentes iban llegando poco a poco, y el aroma a sándalo ó azares ó plantitas raras, también aumentaba. Me desconcerté bastante cuando vi que solo llegaban mujeres. Al paso de 4 minutos se llenó la clase, sólo éramos dos hombres en total, (y eso de decirle HOMBRE, al otro compa, créanme es un atrevimiento).
Para ese momento yo ya estaba más nervioso que un novio esperando que "le baje" a la amada, la maestra puso música ó unos sonidos como de playa, pájaros, viento y cosas que ya no suenan en Chilangolandia.

Imaginen esta torcida, con chors
Yo como buen HOMBRE llevaba mis CHORS de futbol pa´ entrenar; otro error. Todos o todas iban súper nice con su ropita de boutique indú. El detalle me importó poco, hasta que me empecé a agachar y torcer y... TOOOODOS LOS HUEsOS se me asomaban. Sí, coquetos ellos salían del gigantesco CHOR y se oreaban alegremente…(por respeto no pondré esas fotos) entonces, noté que TOOODAS las mujeres presentes (y el coqueto vato también) me veían insistentemente. Yo pensé que había triunfado, pensé que era un maestro yogui de toda la vida, entonces la maestra se me acercó, delicadamente bajó hasta donde yo estaba y me dijo al oído: “¿puedes cambiarte tus shorts?, es que son de pierna amplia y se te ven TUS PARTES #NeMemes qué penota (sí, con A)

Yo, ya con toda mi carita colorada (y sabrá Dios qué más) pase al vestidor y me prestó una YOGUI PANTS #UtaMadre creo que las medias me siguen, qué YOGUI PANTS ni qué la chingada; eran MEDIAS. A mí no me engañan, son medias embarradas y feas. (bueno, feas en hombres, en mujeres son más bellas que las cataratas del Niagara). Regresé al salón y MADRES! Los espejos. Vi mi inmensa humanidad reflejada en las 4 paredes enfundado en unas mallitas color café (color que más odio en el mundo). Pa acabarla de chingar todos los demás ya habían calentado e iban avanzados en la clase. Así que tenía que ponerme al corriente.


EL Árbol... cayendo como tule viejo
De repente la maestra comenzó a dar indicaciones que no lograba entender, decía posiciones en un idioma extraño, y las que daba en español eran para contorsionistas profesionales. Los nombres de algunas posiciones la verdad me parecieron muy graciosos y hasta divertidos, bueno, divertidos hasta que intentas hacerlos.¿Guerrero?, ¿Árbol? Pus se oye fácil, no? PUES NO esa maestra no entendía que no es lo mismo mantener 45 kilos sobre una pierna, que mantener mis 80 kilotes!!!.

Eso no fue lo peor, cuando comenzó con sus pinchis flexiones neta yo me preguntaba ¿por qué mi madre no me abortó? Querían que bajara hasta mis pies SIN DOBLAR LAS RODILLAS, pus oiga usté, eso no se puede, es imposible; al menos cuando tienes una santa timba como la mía, es físicamente IMPOSIBLE.

Ahí no se detuvo el martirio, cuando estábamos tendidos en el piso (pensé ilusamente que había terminado esa madre, y nada, llevaba a penas 7 minutos) nos obligo a doblarnos de maneras que ni una tortilla de harina recién hecha lo logra. Dios santo, metí unas torcidas de campeonato, y lo peor es que la maestra ojaldra, se me acercaba y me decía; tu puedes dar más y literal- se me trepaba encima de la espalda para que bajara más resultado: ME PEDORRIE. Sí, así, sin más. Fue tal la presión sobre mi abultado estomago, que no soportó más y EXPLOTÓ, o como yo le dije a la maestra se quejó en voz alta
Un "pedo" agacharme. -Literal-

Ya mi vergüenza y dignidad estaba pisoteada, enlodada, meada por cien perros. 
Ya no tenía yo cara, ni nombre. Qué más me podía suceder, había enseñado mis peludos huevos y me había pedorreado en voz alta- frente a la maestra y 15 mujeres más era nadie. Pero como dice el dicho, después de la tormenta, viene la calma y así fue.
La maestra nos invitó a acostarnos, cerrar los ojos y relajarnos. Puso música de esa con ruiditos de olas y pajaritos, encendió incienso y comenzó a hacer sonidos guturales muy raros. Nos decía que nos dejáramos llevar hasta nuestro interior cosa que sigo sin entender ni encontrar- y que soltáramos a nuestro YO y pus yo lo solté, tanto, que me quede dormido. Eso no fue lo grave, el problema fue cuando empecé a ¡¡¡RONCAR!!!
#UtaMadre qué pena ya me había pedorreado, había enseñado los aguacates y ahora mi saliva se fue por la carretera vieja y me ahogué y ronqué. DIOS, ME HUBIERAS LLEVADO ANTES.

Lo más extraño de todo fue el final de la clase. La maestra nos dio las gracias, y nos despidió uno a uno y dijo en voz alta: fue un gusto tener nuevos integrantes y darles la bienvenida a este mundo de la Yoga, ojalá nos veamos pronto"  en eso varias de las mujeres presentes se me acercaron y me abrazaron ¡Detallazo!, pero ¿no notaron que traía YOGUI PANTS? al pinchi tercer abrazo sentí que se me despertaba la bestia, pus es que oiga, no soy de palo Entonces lo que se suponía tenía que ser un momento hermoso, de hermandad y amor, se convirtió en el momento más angustiante de mi vida, una lucha entre el YO, y mi "ESE" INTERIOR QUE QUERÍA SALIR AL EXTERIOR me sentí como en la secundaria, cuando traías pants y la miss te pasaba al pizarrón, se te veía todo el pizarrín.

La clase termino. Los abrazos también y mis ganas de vivir igualmente. Entré al vestidor, le dejé las muy pedorreadas mallitas cafés, me puse mis enormes CHORS y me fui con la firme convicción de NUNCA volver. A menos que los del aceite nutrioli quieran a un profesor de YOGA gordo, tieso e inflexible Mientras, volveré a mi puesto de tacos favorito a practicar los estiramientos básicos para agarrar el limón, salsa verde y salsa roja, porque #SoyTuFat

OM NAMAH SHIVAYA para todos. 
@hombre_chango

sábado, 28 de septiembre de 2013

Experiencia en ZARA


Había escuchado hablar mucho de ella... un nombre corto, fácil de recordar y hasta sensual, así que después de mucho rehusarme caí a sus pies. Sí, por fin, fui a la tienda de ropa ZARA... y ésta es mi EXPERIENCIA.

Pa´ empezar, desde la entrada me apantallé, y no, no porque este muy linda o exótica, me apantallé porque pensé que era la Bodega Aurrera de MamáLucha, es que oiga usté, qué manera de entrar y salir gente, y agarrar ropa y hacer fila... hasta a los maniquíes de las ventanas ya los habían encuerado, nomás les quedaban los lentes y un letrerito que decía SALE... y pus sale, me animé a entrar.

Ya dentro del recinto la cosa no mejoró del todo, -a no ser por un par de mamás jóvenes que se empeñaban a vestir a sus niños como monitos de catalogo, esas la verdad tenían muy buen ver- La cosa es que me sentí como en casa, sí, nadie me pelaba, todos pasaban de un lado a otro... y a diferencia de otras tiendas (o del zoológico) nadie se me acercó a preguntar qué quería, cosa que me pareció bastante cómoda, pus eso de traer a un gendarme atrás presionando pa comprar, no es lo mío.

Hasta ahí iba todo bien, pero cuando me decidí a buscar el departamento de Hombres... pus no lo encontré. Lo más parecido que vi fue un departamento de METROSEXUALES MAL COMIDOS (conste que dije coMidos con M). Es que oye: desde cuándo las PASHMINAS, BERMUDAS ENTUBADAS CON TOP SIDERS SIN CALCETA Y PLAYERAS ESCOTADAS EN "V" son de hombre.

Noté que están de moda los sombreritos (supongo que el problema de la calvicie prematura ya les preocupa), las bufandas muy grandes (parecen cortina, dan como 4 vueltas al cogote), y playeras con estampados de calaveritas (pa verse muy malos, después de usar bermudas entubadas color acua, pus necesitas sentirte malote, supongo) pero la verdad nada de eso es lo que acostumbro ni lo que más me acomoda. Por lo que opté por la segura: buscar unos jeans.

Busqué y busqué a los vendedores, pero nomás me encontraba con puros modelos de catálogo. Puro tipo alto, blanco y muy delgado, ah y muy *delicados en su andar (pero no en sus modales).
Cuando por fin entendí que esos vatos eran los vendedores, pus los perseguí, y creo que pensaron que yo era el wey de la tanda, porque nadie me peló y escapaban entre la ropa, los clientes y las carriolas. La cosa es que por fin pude apañar a uno y me dijo, A QUIéN BUSCA... -Pus cómo que a quién, hijo de la chingada, ni modo que a Dios, pa eso hubiera ido a la iglesia-. Total, me tragué mi coraje (porque había desayunado una torta de queso de puerco con harto aguacate) y le pedí amablemente que me mostrara los jeans, él, me dijo: claro, permítame... jijo del máiz, lo esperé como 15 minutos y nunca regresó, empece a caminar bastante avergonzado y lo vi con otros hombres mostrándoles camisas, me cae que hasta celos sentí.
 Quien robò a mi vendedor
Vendedor de catàlogo
Vendedor "modelo"
Yo, ya ofendido en mi lado más profundo (por raro que eso se escuche hablando de Zara) fui, indignado, a buscar a otro vendedor, uno más guapo y alto pa' encelarlo. Encontré a varios, pero todos me daban la vuelta, así que caí con el más prieto, pelos parados-pintados y nalgón... Había fracasado como cliente de Zara.El muy ladino aplicó la misma, se desapareció. Yo creo que en esa tienda aparte de no darles de comer, los capacita David Copperfield o Ary Sandi -los maestros del escapìsmo-... Yo, ya muuuy desesperado empecé a buscar por mis propios medios los jeans que iban a adornar esta hermosa y redonda figura, para eso, ya tenia a dos policías atrás de mi, vigilando cada movimiento que hacía.

Entre què las tallas están en europeo, tienen letras, banderas y números, pus no entendí nada, así que, sin mala intención, al agarrar los pantalones pues los desacomodaba, pero al instante los volvía a doblar y ponerlos en su lugar... cáááámara, ahí sí llegaban los pinchis vendedores, me arrebataban los jeans y los doblaban ellos, uno hasta me dijo: ASí NO SE DOBLAN, NO SON DE GANCHO, DEBEMOS RESPETAR LAS LINEAS... WTF. líneas, gancho? qué, los jeans no se usan arrugados y se avientan a un bote?.

El punto es qué, no encontraba unos pantalones que tuvieran la suficiente tela como para tapar el TAMAÑO CULO que Dios me dio. Las únicas tallas que había en ese lugar eran: CHICO, EXTRA CHICO, ANORéXICO, MUERTO DE HABRE, NIÑO DE BIAFRA Y ZARA. #NeMemes obvio no cabía en NINGUNO. Con el orgullo magullado, pero la cara levantada, dije, pus agarro el más grande, entonces se acerco una vendedora, muy guapa por cierto y amable (el pedo fue cuando habló, tenía la voz más ronca que Alejandra Guzmán en la peor cruda), lo importante es que ella me ayudó, me dijo, literal: "HIJOLE, ES QUE SÍ ESTáS UN POCO GRANDE (léase como GORDO) yo creo que la línea SLIM no te va a quedar muy bien". Ahhh pus ahí había estado el pedo, no era yo, era el SLIM èse que ella decía. Fuimos a otra parte a buscar otros jeans, hasta que me dijo, "mira, este es el más grande que tenemos y el corte es BAGGIE", (sea lo que eso signifique), entonces me dijo: "TE LOS QUIERES PROBAR?", y me llevó al vestidor... MALDITA SEA, le entregó mis jeans al tipo ese prieto-pelos pintados que me había abandonado. Le dije, muy digno: ah, me puedes traer también unos shorts, por favor. Él, contoneando sus caderas de fea manera, fue por ellos.

Entré al vestidor, me quite mis ENORMES jeans viejos y sucios, e intenté meterme los de ZARA... Creo que la batalla de Puebla fue menos complicada y sangrienta. Era imposible que ese pequeño pedazo de tela cubrieran mis enormes pedazos de carne. Después de mucho luchar, logré vencer la primera parte, es decir: subirlos de las rodillas, es que oye, ¡eran entubados!.


Faltò medio metro de tela pa`que cerraran
Yo no quería ni voltear a ver el espejo, me daba miedo/pena/risa/angustia... me sentía como quinceañera a punto de reventar su vestido rosa. El segundo Round fue mucho más difícil y angustiante. Meter esos pequeños popotes de mezclilla en mis muslos de vaca en engorda parecía una misión imposible... y lo fue. Apenas subieron, pero pedirles que cerraran, era como decirle al presidente que nombrara tres libros que haya leído. NUNCA CERRARON.


Como la cosa con los jeans no resultó muy bien, decidí tomar las bermudas que me dio el celebre y colorido vendedor. #NeMemes... esas madres son las más feas que he visto en mi vida. Eran shorts hasta medio muslo, gruesos, de algodón, pero abajo traían una medias negras. Sí, leyeron bien: MEDIAS negras. No pus ahí la cosa se puso peor, no me subían pero ni al tobillo. Por fin entendí por què las mujeres odian usar medias, y porqué cuando se las ponen brincan por todos lados con tal de que suban... y ya que suben te dan una violada peor que las del metro Pino Suàrez. La cuestión es que Sí me metí en esas madres y MADRES, cosas más feas jamás me había puesto (ni me volveré a poner)
Portrait: Chango con medias
Sì... medias de hombre











Era yo una combinación entre grillo patón y la hipopotama de Fantasia, nomás que más peluda y menos rosa. Una imagen lamentable, triste, deprimente y digna de la basura.

Nòtese la CARRRRNE saliendo por arriba
Así que decidí volverme a poner mis jeans viejos, sucios y muy grandes, salir del vestidor y ver de frente al vendedor del gran copete decolorado, (de hecho era platinado del 40, según yo) y entregarle las dos piezas en la mano.
Él, sonriendo discretamente, me preguntó que sí me habían quedado (jijo de toda su decolorada madre, obvio no) y le contesté: Si me quedaron, pero digamos que no son mi estilo.  Me respondió (ya de intrigoza) "Quiere que le traiga otro estilo?". A lo que le dije: No gracias, el estilo que busco no está en esta tienda, no tienen mi onda... ni MI TALLA. El tipo no resistió más y soltó la carcajada... con todo y balazo de saliva incluido. No nos quedó más que reír juntos, darnos la mano y decirle, AUNQUE NO LO CREAS, FUE UN PLACER. Tomé el sucio casco de mi sucia moto, con mis sucias manos y salí de la tienda, no sin antes jurar NUNCA REGRESAR ahí, a menos que baje cerca de 14 tallas... cosa que nunca sucederá porque #SoyTuFat
@hombre_chango