Experiencia en la Montaña Rusa

Antes de cualquier cosa quiero aclarar que yo soy un chango machìn. Valiente. Un HOMBRE y Chango chido, entròn, bueno pal trompo (el trompo de las peleas y el TROMPO DEL PASTOR porque #SoyTuFat) un HOMBRE-CHANGO hecho y derecho... pero con los MALDITOS Juegos Mecánicos; NO PUEDO. Y justo en uno de estos, inicia mi EXPERIENCIA del día de hoy.

Aún lo recuerdo. Era un sábado, yo tenía quizá 23 años y por las malditas hormonas que a esa edad (y actualmente también) mandan sobre las neuronas, fui a la Feria de Chapultepec. ¿por què fui? han pasado 11 años y aún no asimilo la pinchi idea. Sábado, 23 años, aún sin panza y con dinero en la bolsa (supongo, o cómo entré a la feria) QUÈ CHINGAUS HACÌA YO EN LA FERIA... ¿Por qué no estaba chupando, jugando futbol con mi caguama en bolsa, encerando el auto, viendo porno, POR QUÈ?... El pedo es que fui por una linda chica con la que yo salía (o me quería merendar) ella deseaba ir y llevar a unas primas foráneas o algo así. El pedo es que ahí va este idiota simio.


La verdad es que desde que íbamos yo estaba incómodo, pues recordaba que no me emocionaban mucho los juegos mecánicos, pero cuando entré y vi el tamaño de los juegos; me CAGUE. Así, fácil, pa`qué le doy vueltas: Me cague.
Bueno, la onda es que me pude hacer pendejo todo el tiempo y evadir la "responsabilidad" de montar uno de esos fierros viejos y malditos, pero llegó la hora. #NeMemes #UtaMadre y todos los hastags que quieran... la pinchi vieja aquella, me embarcó pa´ subirme a la MONTAÑA RUSA.

No sé qué chingaus pasó, pero  cuando me di cuenta, ya estaba trepado en un carrito con un soldado al lado y un barandas que me mantenía pegado al asiento. Y cuando digo SOLDADO, créanme que no me refiero a la chica con la que iba, (la muy cabrona/coyona/embarcadora ni se subió, -le daban miedo- entonces Chínguese el Chango) a mi lado derecho iba sentado un chavo que era soldado y estaba en su día libre. Pues yo y mi inteligencia dijimos, "este wey ha de ser fuerte y valiente, entonces estás seguro chango, cualquier pedo, te va a salvar" (#UtaMadre estaba yo rewey, creía en el ejercito) La cosa es que, en cuanto se empezó a mover esa madre, se empezó a mover también mi diabetes y mis fallas coronarias. Mi vida se marco con un AM y DM, a sea; ANTES de la MONTAÑA RUSA y DESPUÉS de la MONTAÑA RUSA.

 Conforme el carrito avanzaba -muy lentamente por cierto- mi corazón empezaba a aventar sangre como si se tratara del canal de aguas negras de Chalco, (sì, esa madre que se desborda a cada rato). Comenzó a subir el carrito y yo volteaba desesperado -como niño de kinder viendo a su mamá dejarlo en la puerta- y no entendía qué chuingaus hacía arriba. Veía a mi rededor y notaba puras caras felices y emocionadas #UtaMadre puro pinchi loco o qué, por qué sonríen sí puede ser el último día de sus vidas -o eso era lo que pensaba-. Justo en ese momento descubrí que le tengo FOBIA/PAVOR/TERROR/CULO a los juegos mecánicos... ah y también descubrí que tengo un poco de esquizofrenia, porque comencé a imaginar que iba a morir.


Es verdad, cuando llegué a la parte más alta de la Montaña Rusa, pensé que me iba a petatiar... mi maldita cabeza "ingeniosa" comenzó a pensar "esta madre tiene como 30 años, está a la intemperie, es de madera, seguro ya no ha de aguantar tanto, además los tornillos de las vías ya se ven oxidados, y como es el mexicano, seguro ni mantenimiento le dan, #NeMemes me voa morir y la pinchi vieja por la que me subì ni me ha aflojado"... Un drama digno de Cosas de la Vida (ya ven que puros casos chingones ahí)... LA mamada Rusa esa, crujía peor que el cuello de la morrita del exorcista, según yo, eran los escalones que te llevan hacia el infierno. Cuando ya estaba arriba, y casi detenido (los muy culeros la detienen pa incrementar el sufrimiento), vi que ningún pinchi edificio es tan alto, por lo que supuse que estaba muuuy arriba... de nuevo me cagué.



Segundos después soltaron las cadenas del FAUNO...o sea, dejaron caer el pinchi carrito en una bajada rete empinada. #NeMemes que pinchi feo se siente. Bajé como a 900 por hora, -o al menos eso sentí-. A lo lejos se escuchaban puros gritos de algarabía, diversión y excitación, pero de todos ellos, destacaba uno de TERROR Y MENTADAS DE MADRE, sí, adivinaron, era YO gritando, maldiciendo y pidiéndole a Dios que detuviera esa chingadera  que me llevara a a su lado, pero que no shingara, que hiciera algo URGENTE.


Yo iba muy bien pepenado del brazo del soldado (sí, por puto que suene, vomité toda mi dignidad y me agarré de su brazo), pero el hijo de su retropinche madre se emocionó tanto con la puta bajadita que levantó los brazos, por lo que yo quedé solo y CAGADO. Cuando llegamos a la parte más baja, después de 200vueltas, subidas y bajadas, pasamos por la parte dónde arranca esa madre. Por fin pensé que se acababa el suplicio... #NeMemes nunca se detuvo. Volvió a subir lenta y dolorosamente, yo -ya todo cagado y con la dignidad pisoteada hasta por un pinchi soldado raso- hice lo que cualquier HOMBRE debe hacer: TRATAR DE BAJARME DEL CARRITO.

Neta, no es choro ni exageración, es más si van a esa mamada de montaña, pueden preguntar por el wey que se quiso bajar y lo van a comprobar. La onda es que en la lenta subida me comencé a retorcer cual gusano con sal para salirme de el barandal que me tenía pegado a la silla. El soldado primero se rió por mi improvisado acto de contorcionismo, cuando vio que ya había sacado toda la panza, piernas y llevaba un brazo afuera, pus se preocupó y trató de agarrarme... Obviamente, con esta boquita de carretonero que Dios me obsequió, le menté tantas veces y de tantas maneras pude la madre, (pus es que hijo de la chingada, cuando necesité de sus fuertes brazos, me abandonó) yo sabía que no tenía mucho tiempo, estaba cerca de la cúspide y sabía que ya ahí, el carrito bajaba hecho la chingada y ya no podría saltar (pus sí pendejo tampoco soy, nomás miedoso).

Mi plan de escape era: lograr escurrirme por debajo del barandal de seguridad, bajarme del carrito cuando se detuviera en la punta y bajarme caminando.

 Sí, de ese tamaño son mis huevotes (o mi fobia). Hacer señas para que detuvieran esa chingadera y poderme bajar descolgándome por los barrotes y maderas, o de "a sentones" entre vía y vía aunque me rozara todo el rabo... No sé, yo lo que quería era NO volver a meterme en ese pinchi carrito del demonio. Para mi mala suerte, sí, dije MALA SUERTE, no pude completar el escape. #UtaMadre de nuevo la pinchi bajada, de nuevo las curvas, la velocidad, los gritos, las pausas, de nuevo las bajadas, más curvas, brincos, todo, TODO, pero ahora con medio cuerpo atorado entre el barandal, el asiento y las  piernas del soldado (sin palabras, por favor).



No sé cuanto duró, ni cómo no me morí de un infarto al miocardio, cuando bajé todo eran risas y gozadera por parte de la gente... excepto yo, que me bajé a REMENTARLE SU MADRE al pendejo que manejaba la montaña, al pinche soldado y a la vieja cabrona que me obligo a subir y ni me había aflojado.


Después de pasar al baño, (les dije que me había cagado) fui a recoger mi mochilita, tomé mi chango-wagen y me largué de ese lugar al que prometí NUNCA volver, y hasta la fecha (11 años después) lo he cumplido como todo un HOMBRE.